La frase de la semana

miércoles, 28 de julio de 2010

¿Enamorada? y La Boda de Pansy y Ron

¿Enamorada?

Hasta los oídos de esta Autora ha llegado la notica de que el Vizconde de Ashbourne ha pospuesto indefinidamente su viaje al campo.
El por que o mejor dicho el quien es bastante obvio, pero si usted como muchos desafortunados, no fueron invitados a la presentación de la Señorita Lovegood en Malfoy Manor, déjeme decirle que el motivo de tal hecho único e irrepetible se debe a Lady Granger, me refiero obviamente a la hija, no la madre, pues es esta la que interesa al vizconde.
Pero como algunos de ustedes parecen seguir invernando, no se han dado cuenta de que el vizconde la sigue a todos lados.
Solo basta recordar que después de la presentación de su prima
Lamentablemente no es el único que se siente atraído por la joven dama, también se encuentra el barón Stantierra que es el admirador declarado de lady Granger desde hace varios años.
De hecho, se rumora que el año pasado el barón la pidió en matrimonio, pero debido a que los dos aun eran demasiado jóvenes los padres de ella se opusieron.
Pero dado que ahora ambos son más maduros (o por lo menos eso queremos creer) tal vez pronto perdamos a Lady Granger y ganemos a la nueva baronesa Stantierra.
O si tenemos un poco mas de suerte tal vez ganemos a la vizconde la de Ashbourne.

ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 27 DE ABRIL DE 1814

Días después, Hermione se despertó con la noticia, por parte de Collinwood, de que había recibido una nota de parte del vizconde de Ashbourne., le dijo que debía enviar una respuesta Lo despidió y ella se dirigió al salón de té de su madre.
Abrió la nota.
Hermione
Se que durante todos estos días no me he portado como el caballero que soy, es por eso que solicito que me acompañes a la velada musical en casa de Lady Hastings, duquesa viuda.
Se que no puedo invitarte como mi pareja, pero podríamos encontrarnos ahí.
Te prometo que tanto tú como yo nos divertiremos.
Malfoy
La velada musical de Lady Hastings era una de las veladas más esperadas este año.
Lady Hastings había contratado a Isabella Rosso, una soprano italiana que tuvo su debut hacia dos años y que había regresado tras un breve periodo en los escenarios vieneses.
La nota tenia un poco de razón, el vizconde no se comporto como un verdadero caballero pero eso no le había molestado, de hecho creía que a ambos les gustaba el trato que tenían.
A ella le gustaba
Tomo papel y pluma y escribió su respuesta.
Mi Lord
No me parece prudente su invitación, puede prestarse a malas interpretaciones por parte de los demás miembros de la sociedad.
Se que me arriesgo demasiado pero aceptaré su propuesta.
Deje de sonreír, se que lo esta haciendo y no especule sobre porque aceptó, para su información solo es por su promesa de que nos divertiremos.
Confío en que usted acompañara a algún miembro de su familia a la velada.
Lady Granger
Esto era muy arriesgado, no podía permitir que las cosas fueran más allá de una imple amistad.
El vizconde la atraía profundamente pero ella no deseaba casarse aún, no quería unir su vida y mucho menos su libertad y decisiones a la voluntad de un hombre.
Debía prepararse para asistir.
Llamó a Anne y entre las dos escogieron un vestido de color azul turquesa de tela ligera, recogió su cabello en un moño flojo y se coloco un pequeño dije de plata en lugar de la clásicas perlas.
Sus padres la esperaban en el salón, ellos también asistirían, la residencia de la duquesa viuda estaba a 20 minutos de Riverdale House.
La duquesa viuda era conocida en la sociedad por no solo por su belleza y su buen humor sino que era reconocida sobre todo por su ferviente deseo de ver casados a sus cuatro hijos Anthony, heredero del titulo y mujeriego empedernido, Caroline, ahora Duquesa de Wilding, Daniel un apuesto bribón que apenas había salido de la Universidad y Katherine que aún no salía de las aulas de la señorita Morgan.
Cuando llegaron, sus padres fueron rápidamente interceptados por Lady Danbury, esa mujer era increíble, aún no podía creer que todo Londres le tuviera miedo, la mujer era realmente inteligente, un tanto molesta para todos aquellos que no contaban con el placer de su amistad o mucho mejor, el placer de formar parte de su familia como lo era el barón Arild Stantierra y por supuesto, su hermana Lydia.
El salón de música de Hastings House era impresionante, todo estaba decorado en un elegante estilo Adamesco.
Al otro lado del salón estaban Harry, Ron, Ginny, Pansy y Arild.
Se acerco a ellos, hacia días que no veía a Harry y este tenia que contarle su última aventura con Isabella Rosso. Suponía que ellos dos ya se habían visto desde la llegada de esta a Londres y por eso Harry no lo había visitado a ella.
Pansy y Ginny tendrían que contarle los últimos detalles para la boda. Solo faltaban un poco más de dos semanas y aún tenia que terminar de organizar el banquete.
Ron trataba de no despegarse mucho tiempo de Pansy, aun recordaba como esos dos al principio parecían perros y gatos peleándose cada vez que se encontraban.
Fue bastante divertido cuando Ron por fin se le declaro.
Y Arild, bueno, con Arild tendría que platicar largo y tendido, hacia mucho que no lo veía y desde su regreso apenas habían cruzado unas cuantas palabras. Lo había extrañado muchísimo.
Después de Harry, Arild era su mejor amigo, podía contar con él para todo.
Se acercó a ellos y los cuatro volvieron a verla. Arild se acerco a ella inmediatamente depositando un leve beso en su mejilla, esa era una de las razones por las que Lady Whitlock decía que ambos estaban enamorados, las muestras de cariño entre ellos nunca eran limitadas ni siquiera frente a los demás miembros de la sociedad.
Pero adoraba que fuera así con él.
Estuvieron un rato platicando sobre la boda, Ron y Pansy estarían una temporada en Somerset, y después volverían a Londres, para terminar la temporada.
Lady Hastings apareció llamando a todos a pasar al salón de música pues Isabella Rosso estaba lista.
Durante toda la velada, Isabella no despego los ojos de Harry y se mostraba abiertamente coqueta con él.
Pero él no era el único que estaba pendiente de Isabella, la mayoría de los caballeros presentes eran incapaces de quitar su mirada de ella.
Cuando ella termino de cantar, al único que le dirigió una sonrisa fue a Harry. Hermione vio como se alejaban a los jardines, sonreía mientras movía la cabeza.
-Harry nunca va a cambiar, tal vez si se enamora lo haga- pensó Hermione
-Lady Granger- susurraron
Una voz que sería capaz de reconocer en donde fuera, era algo muy emocionante y a la vez muy aterrador ser capaz de identificar con tanta facilidad esa voz.
Era el vizconde.
Se giro y lo pudo ver, vestía un elegante traje negro, su cabello, casi siempre peinado hacia atrás hoy lucía peinado de lado, Hermione se pregunto como se sentiría acariciar su cabello y si se quemaría si tocara su piel.
Pero el no estaba solo, una joven dama, tan parecida a él, lo acompañaba
-Espero que este disfrutando la velada- dijo más por cortesía y sobre todo por estar con su prima, el no era tan desvergonzado como para coquetear con alguna mujer en presencia de ella- Le presento a mi prima, la señorita Luna Lovegood-
Luna hizo una reverencia y sonrió
-Es un placer conocerla, Lady Granger- dijo amablemente Luna- Lady Whitlock ha estado hablando mucho sobre usted y mi primo, pero pensándolo bien, también ha estado hablando sobre el barón Stantierra. Un trió fue lo que dijo en su columna hace tiempo-
Hermione la miro sorprendida, no había conocido a ninguna persona fuera de su familia y amigos que le dijera algo así.
Recompuso rápidamente el gesto y contestó
-También ha hablado sobre usted y su rotundo éxito, sino me equivoco, ha sido declarada como una de las joyas de la temporada-
Luna levanto los hombros, pero aún así sonrió
-Yo no me considero como tal-
Hermione decidió que le caía bien.
Un caballero se acerco a ellos. Era alto y delgado, de cabellos negros y ojos verdes. Era Theodore Nott, un joven militar, capitán de su regimiento, no tenía un titulo pero era un buen hombre.
-Milord, me permitiría bailar con su prima esta pieza
Draco miro a su prima y esta asintió.
Cuando Luna se alejó, Draco habló
-Le parece si damos un paseo- dijo con una sonrisa-le prometo que no la llevaré a los jardines -
Hermione se ruborizó pero asintió. Los dos se escabulleron del salón y se dirigieron al balcón principal.
-Su prima es muy agradable- dijo Hermione con una sonrisa
-A veces habla demasiado- contestó él
-Pero es encantadora- respondió ella
-Lo sé -
-¿Es por ella que no se ha ido al campo ya?
Él la miro por un momento antes de contestar, planeaba decirle que no era por ella, pero algo muy dentro de él le decía que no debía mentirle.
-Si, es por ella-
-Es muy noble de su parte-
-La nobleza no tiene nada que ver en este asunto, ella al igual que mi madre son lo más importante para mi y sería capaz de dar mi vida por el bienestar de ellas-
-Vaya, después de todo es posible que no sea el bribón que todos creen-
-No se confunda, yo soy el mismo, pero mi devoción a mi familia es irrevocable-
Hermione suspiro, este hombre la volvía loca. Pero no podía dejarse llevar por esa emoción.
Draco por otro lado, la deseaba, más de lo que se podía permitir. Se acerco un poco más de lo que era decente, su perfil era perfecto, desde esa distancia podía notar las pequeñas pecas que decoraban su nariz. Se coloco frente a ella y la tomo por los hombros.
El silencio invadió por un momento el espacio vació del balcón. Él la contemplo tan cerca levantando despacio su cabeza mientras sus manos alejaban los cabellos de su rostro, ella lo miro con expectación, abrió un poco los labios, deseaba que la besara.
Draco acorto la distancia hasta que sus labios rozaron los de ella con una delicadeza que la hizo suspirar, ella abrió un poco más la boca permitiendo el paso a lengua del vizconde, este la atrajo más hacia su cuerpo, tanto que ella podía notar el calor de su cuerpo.
Draco jamás en su vida había besado a alguien con tanta devoción como lo estaba haciendo con esta mujer.
De pronto, escucharon pasos acercándose a ellos, se separaron rápidamente, él la miro y un momento más antes de depositar un último beso en su frente e irse.
Hermione se quedó estática hasta que apareció Arild
-Mione, tus padres te buscan, deben saludar a nuestra anfitriona.
Hermione apenas si lo escuchaba, aún estaba embelesada en el beso que habían compartido el vizconde y ella.
El resto de la noche la paso entre nubes, no era capaz de recordar todo lo que había pasado.
Sabia que había bailado incluso con el duque de Hastings pero no era capaz de recordar exactamente de que habían charlado, pero recordaba que el se había reído, de que no estaba segura, pero lo había hecho.
Durante las siguientes semanas, la vida de Hermione entró en una especie de rutina, aunque muy emocionante y divertida.
De la noche a la mañana, se había convertido en uno de los miembros más solicitados de la sociedad londinense. Se decidió rápidamente (por quien decide este tipo de cosas) que, seria un rotundo éxito y así fue aclamada como una belleza.
Algunas de las matronas más conservadoras la juzgaron un poco demasiado atrevida, pero la mayor parte de la Temporada decidió que les gustaba hablar con una mujer que podía charlar sobre otros temas, además de sobre cintas y enaguas. Y así, Hermione y Ginny (quién había adquirido una reputación similar, de belleza pelirroja) iban alegremente de fiesta en fiesta, disfrutando de su enorme popularidad. Para Hermione, este tiempo era un encantador interludio en su vida, aunque finalmente no aceptaría una propuesta de matrimonio, era agradable ser admirada por todos.
La única complicación era, por supuesto, el Vizconde de Ashbourne, quien había resurgido de su auto-impuesto exilio y había retomado su lugar en la sociedad con gran determinación. Nadie dudaba en cuanto a la razón de su repentina reaparición.
-Definitivamente acecha a Hermione- se quejó una vez Pansy.
Aunque su "presa" había contestado astutamente.
-No estoy muy segura de si es por que le gusto, o solamente porque le gusta el juego del acecho-
Desde luego esa declaración era sólo verdadera a medias. Durante las semanas anteriores, Hermione había visto a Draco casi todos los días, y la amistad entre ellos se había afianzado. Hermione estaba segura de que Draco la apreciaba realmente como persona y no como un premio por el que competir. De todos modos, su amistad a menudo estaba llena de tensión sexual, y, bueno, Draco parecía disfrutar acechándola.
Era rápido como un león y se divertía manteniéndola a la expectativa. Una vez Hermione fue a una velada musical a la que él la había informado de que no pensaba asistir. Ella estaba de pie ociosamente junto a una ventana abierta, cuando sintió que una cálida mano la agarraba del brazo. Intentó desasirse, pero la mano la tenía sujeta con firmeza, y oyó que una familiar voz le susurraba
-No hagas una escena-
-¿Draco?- Sus ojos barrieron la sala. Seguramente alguien había notado una mano aparecer por la ventana.
Pero el resto de los invitados estaba ocupado con sus propios flirteos y nadie notó la expresión nerviosa de Hermione.
-¿Qué haces aquí?- susurró ella con urgencia, manteniendo una sonrisa pegada en su cara.
-Sal al jardín- le había ordenado él.
-¿Estás loco? -
-Tal vez. Sal al jardín-
Hermione, llamándose tonta cincuenta veces, había inventado una historia sobre un desgarrón en el vestido y se había escabullido. Alex la estaba esperando escondido entre los árboles.
-¿Qué haces aquí?- Repitió tan pronto como lo encontró.
Él la agarró de la mano y tiró de ella hacia lo más profundo de las sombras.
-Pensé que me echarías de menos- replicó él con descaro.
-¡Por supuesto que no!- Hermione había tratado de liberar su brazo, pero él no cedió.
-Por supuesto que lo hiciste. Es bueno admitirlo-
Hermione se había quejado y había murmurado por lo bajo algo sobre aristócratas autoritarios, pero un vistazo a su malvada sonrisa fue todo lo que necesitó para obligarse a confesarse a sí misma que sí lo había echado de menos.
-¿Me has echado tú de menos?- respondió ella.
-¿Qué crees?-
Ella se sintió valiente.
-Creo que sí-
Él entonces había mirado su boca, la miró con tal deseo e intensidad, que Hermione estaba segura de que iba a besarla.
Se le secó la boca, sus labios se entreabrieron, y sintió como se inclinaba levemente hacia él. Pero todo que él hizo fue apretar su mano con alarmante aspereza, dedicarle una deslumbrante sonrisa, y murmurar,
-Hasta luego, amor-
En un abrir y cerrar de ojos había desaparecido. Eran momentos como estos los que hacían que los sentimientos de Hermione fueran caóticos y confusos. No importaba cuántas noches permaneciera ella despierta pensando en él, no parecía poder poner orden en sus pensamientos sobre Draco.
Por una parte, su actitud dominante la provocaba sin fin. Trataba constantemente de dominarla, aunque, pensaba Hermione con suficiencia, él se encontró con que esto no era una tarea fácil. Por otra parte, él resultaba muy conveniente puesto que su mera presencia espantaba con eficacia a la mayor parte de sus persistentes pretendientes, lo cual era una suerte ya que ella, en primer lugar, no había querido ningún pretendiente. Siempre estaba muy solicitada en las fiestas, pero hábilmente había logrado evitar cualquier oferta de matrimonio.
Para complicar más las cosas, Hermione había descubierto que Draco era verdaderamente una escolta muy divertida y un compañero muy estimulante. Desafiaba constantemente su intelecto y, aunque le decía las cosas más desvergonzadas, nunca se cansaba de su compañía. Sin embargo se juró interiormente, que él jamás escucharía tales alabanzas de sus labios, su ego no necesitaba ningún incentivo. Pero lo que a Hermione tenía más confusa era su reacción física ante él. Su mera visión hacía que su cuerpo entero temblara por la expectación. Expectación por qué, no estaba segura, aunque imaginaba que Draco sí. Una vez, cuando estaba hablando de sus sentimientos con Pansy (quién ya estaba preparando los últimos arreglos para la boda, que se efectuaría en tres escasos días), le dijo que la única manera en que ella podría describirle la reacción que experimentaba era como
-Una percepción aumentada de la realidad-
-Es sentimental y trillado, ya lo sé- había comentado Hermione -pero parece que soy más consciente de todo cuando él está cerca. El olor de las flores es más fuerte. Mi limonada está más dulce, mi champán más potente. Y es tan difícil no mirarlo, ¿no crees? Son sus ojos grises; debería haber sido un gato. Y luego me falta el aliento, y la piel me cosquillea-
Pansy estaba cautivada.
-Creo que estás enamorada-
-¡No, en absoluto! - protestó Hermione horrorizada.
-Deberías empezar a aceptarlo- la aconsejó Pansy, tan pragmática como siempre. -Hoy en día es algo raro encontrar a alguien a quien amar, y es todavía más raro tener dinero suficiente para ser capaz de hacer algo al respecto. Mucha gente debe casarse por conveniencia familiar, ya sabes-
-No seas tonta. Ciertamente no quiero casarme con ese hombre. Sería un infierno vivir con él. ¿Puedes imaginártelo? Es insoportable, autoritario, dominante-
-Y te hace vibrar.- respondió Pansy mordazmente
-La cuestión es- dijo Hermione sin hacer caso de su futura prima, -que no quiero casarme con aún y mucho menos con él. Y él no quiere casarse en absoluto-
La aversión del vizconde de Ashbourne al estado matrimonial, no le impedía en lo más mínimo coquetear con Hermione de forma escandalosa en cada ocasión posible. Para ser justos, Hermione también tomaba parte en el coqueteo, aunque tenía que confesar que no era tan experta como él. Se convirtió en una especie de deporte entre la sociedad, observar a Draco y Hermione pugnar el uno con el otro, y las apuestas habían comenzado a aparecer en los libros de todos los clubs de caballeros de Londres, sobre la fecha en que la pareja se casaría finalmente.
Pero si cualquiera de esos jóvenes caballeros se hubiera tomado la molestia de preguntar a Hermione sobre la situación, ella podría haberles informado de que las campanas de boda no tenían vistos de sonar en un futuro cercano. En primer lugar, ella no quería casarse. En segundo lugar, Draco no quería casarse. Pero lo más revelador era que Draco no había vuelto a intentar besarla otra vez desde aquella segunda vez.
Esto es lo que tenía a Hermione más perpleja.
Sospechaba que todo esto formaba parte de un plan maestro, ya que estaba bastante segura de que él aún la deseaba. De tanto en tanto lo pillaba mirándola con un ardiente destello en sus ojos que la hacía temblar. En esos momentos su mirada encendía un fuego en su interior, dejándola aturdida y sin aliento. Después de unos segundos, él apartaba la mirada bruscamente, y cuando Hermione volvía a ver su cara, su expresión fría y flemática estaba de vuelta en su lugar.
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La Boda de Pansy y Ron

¡Ya esta hecho! La señorita Parkinson es ahora Pansy Weasley, baronetesa de Davenport. Esta Autora expresa sus mejores deseos a la feliz pareja. La gente sensata y honorable escasea sin duda en nuestra élite aristocrática, por lo cual resulta de lo más gratificante ver unidos en matrimonio a dos ejemplares de esta especie tan poco frecuente.
El ahora matrimonio viajara a Somerset para pasar su luna de miel.
Aun no tienen una fecha para volver a la ajetreada Londres, pero esta Autora espera que pasen al menos un par se semanas en el campo.
Pasando a otros temas, Lady Granger fue vista durante la ceremonia y gran parte del banquete en compañía del barón Stantierra, la actitud del barón hacia la dama en cuestión fue de un abierto cortejo. ¿Sera que pronto tendremos a una nueva baronesa?

ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 15 DE MAYO DE 1814

Londres lucia un amanecer despejado, hacia mucho que el sol solo salía para inmediatamente ocultarse, tal parecía que este día se iba a unir a la felicidad reinante, era como si presagiara que el día iba a ser algo maravilloso.
A medio día se celebraría una boda y no solo en las casa de los novios bullía en actividad, también estaban así las casas de sus amigos y familiares mas cercanos.
Aun faltaban varias horas para la boda pero los habitantes de Riverdale House y la Residencia de soltero del vizconde Malfoy no eran la excepción, en la primera toda la familia estaba vuelta un caos, tal parecía que la que se iba a casar era la hija de los condes y no su sobrino.
Mientras que a la residencia del vizconde ya habían arribado la madre de este junto con su prima, Lady Malfoy estaba empezando a agobiar a su hijo, diciéndole que el debería seguir los pasos de su amigo o que si acaso iba a esperar hasta que cumpliera treinta años para empezar a darle nietos.
El vizconde se limitaba a decirle a su madre que para que querría tener a una bola de mocosos que a cada rato la llamaran abuela siendo que ella aun era muy joven para tal titulo.
Su madre se ruborizaba y solía dejarlo en paz pero solo por un par de días. Pero esta vez su madre no cedería, ya encontraría la manera de convencerlo.
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, las cosas no variaban mucho.
Por fin habia llegado el día de la boda, Pansy estaba nerviosa, la boda se celebraría al medio día en los jardines de Davenport Park, lo que pronto se convertiría en su nuevo hogar.
A las nueve y media Pansy y su familia se trasladaron a la Davenport Park, los Weasley habían sido muy insistentes en que nadie la viera con el vestido puesto hasta el momento exacto de la boda, lo cual a ellos les parecía perfecto, querían que todo el misterio de su boda se mantuviera hasta finalizado el enlace.
Pansy estuvo acompañada por su madre, la señora Therese Parkinson, así como su próxima hermana, prima y tía.
Entre las cuatro mujeres la prepararon.
El vestido era muy diferente al estilo que predominaba para esa temporada era de seda bordada con escote tipo strapless y con el talle ceñido al cuerpo, debajo del busto llevaba una cinta satinada con una leve curva que le hacia lucir romántica, la falda del vestido era una línea en “A” que estaba combinada con seda y tul, llevaba una hermosa mantilla por detrás.
Los únicos adornos que llevaba eran un pequeño collar de diamantes a juego con los aretes.
-Estas perfecta- dijo Hermione cuando terminaron de arreglarla
Momentos después tocaron a la puerta, era su padre que subió a verla para saber si estaba lista.
-Luces hermosa- le dijo Charles Parkinson - Ronald no se puede quejar, tendrá a la novia más hermosa que he visto nunca.
-Papá, eso solo lo dices porque soy tu única hija- dijo Pansy ruborizándose
-No mi pequeña, lo digo porque es la verdad y además de que siento que Ronald se esta llevando a la mitad de mi vida con él.
-Papá, eso no es así, yo jamás me voy a añejar de tu lado, a pesar de que me case con Ron siempre estaré cuando me necesites-
-Se que estarás ahí y no lo digo porque piense que Ronald te vaya a alejar es solo que ya no estarás en casa, ya no te veré por la mañanas y ya no tendré con quien tener comentarios sarcásticos sobre lo que diga tu madre. Se que te veré cuando quiera es solo que no puedo evitar sentir que pierdo algo.
-No lo veas así, al contrario, estas ganando un hijo, Ron ha demostrado que te aprecia tanto como a su propio padre y además comparten muchas cosas en común-
-Lo se, tienes razón no pierdo a mi hija al contrario estoy ganando un hijo y espero que pronto me den por lo menos un par de nietos-
-¡Papá!- dijo sonrojándose aún más
-Esta bien, esta bien, ya no diré nada-
Ya casi era la hora, no faltaba nadie más Hermione y Ginny fueron a buscar sus ramos para que justo a medio día comenzara todo.
A las once y media, Pansy echó una ojeada por la ventana al espectáculo que se extendía sobre el jardín sur de Davenport Park.
-¡Dios mío!- jadeó. -Deben haber por lo menos doscientas personas ahí.-
-Más bien cuatrocientas, diría yo- dijo Hermione, reuniéndose con su futura prima en la ventana.
-A mamá le habría gustado una lista de invitados de seiscientos, pero…-
-Pero ni a tu padre, ni a mis tíos y mucho menos a ti y a Ron les agrada tanta gente,- terminó Hermione por ella. -Lo sé-
Mirando aún fijamente hacia el exterior, sacudió la cabeza ante la magnificencia del evento. Carpas de lona alegremente rayadas decoraban el jardín, protegiendo a los enjambres de invitados de los primeros rayos de sol de Mayo.
Como Ron le había prometido, había más arreglos florales de los que cualquiera podría contar.
-Oh Dios- inspiro Pansy con fuerza. -No debería haber permitido que mi madre planeara una celebración tan grande. No conozco a la mitad de esa gente-
-¡Pero ellos si te conocen a ti!- indicó Ginny con entusiasmo.
-¿Puedes creer que vas a ser una baronetesa?- preguntó Hermione
-No, en realidad no- dijo Pansy débilmente.
-¿Estas asustada?-pregunto Hermione
-No, solo muy nerviosa, después de todo esta es la primera vez que me caso- dijo con una sonrisa
-Si, pero estarás bien y sobre todo será muy feliz- dijo Ginny abrazándola
-Lo se, se que nada me faltara estando con Ron, lo amo más que nada en el mundo
-Y para él tú eres lo más importante-completo Hermione
Mientras tanto en el ala opuesta de Davenport Park, dos jóvenes miraban ansiosos el reloj, faltaban escasos quince minutos para el suceso más importante de la vida de uno de ellos.
Un joven pelirrojo, de aspecto nervioso andaba de un lado a otro de la habitación, parecía león enjaulado
-Ya deja de dar vueltas Weasley que me estas mareando.
-Lo siento Malfoy, pero estoy nervioso, ¿Cuánto tiempo falta?
-Vamos comadreja, me preguntaste eso mismo hace solo tres minutos y te vuelvo a repetir lo mismo que te dije, relájate, ya deberías saber que no hay nada por lo que estar nervioso
-Oh eso no lo se, ¿Pues adivina qué?- dijo en un tono calmado para cambiar a uno muy histérico- ESTA ES LA PRIMERA VEZ QUE ME CASO, ASÍ QUE SI ME LO PREGUNTAS ES OBVIO QUE NO LO SE PUES ESTA ES LA PRIMERA VEZ QUE ME CASO-
-Cálmate, Weasley y deja de gritarme o harás que termina desistiendo de ser tu padrino y tendrás que conformarte con tu querido Potter.
-A todo esto, ¿En dónde esta Harry?-
-No tengo la menor idea, pero por mi que no venga
-¿Por qué no lo soportas? Según se, él nada te ha hecho-
-Eso es algo que aun no averiguo, solo se que no lo soporto
Ron soltó una sonora risa
-Vaya, al menos te has relajado con tus propias estupideces
-Si, pero gran parte han sido estupideces que giran a tu alrededor Malfoy-
-Te aseguro de que no se porque Pansy se casa contigo-
-Probablemente por la misma razón por la que me cao yo con ella- dijo con una sonrisa
-No se como va a soportarte, de hecho no se ni como te soporto yo-
-Tal vez sea porque soy el único que te aguanta-
-Si, probablemente-
-¿Y para cuando planeas seguir mis pasos?
-Ni muerto comadreja, jamás seguiré tus pasos, no ves lo bien que me va siendo como soy, no necesito casarme-
-Vas a tener que casarte en algún momento, lo sabes, aunque sólo sea para conseguir un heredero.
-Tienes razón, pero para que adelantarme si aun tengo mucho tiempo antes de ponerme a buscar esposa.
Estuvieron platicando un momento más hasta que llamaron a Ron para que ocupara su lugar, la boda iba a comenzar.
Y entonces, antes de que supiera cómo, era mediodía y estaba de pie a la entrada de la carpa nupcial, tan nerviosa que apenas podía oír las notas del cuarteto de cuerda ejecutando su pieza favorita de Mozart.
-Buena suerte- dijo Ginny, justo antes de comenzar a recorrer el pasillo. –Hermana-
Hermione la siguió un segundo después, pero no antes de dar a la mano de Pansy un apretón de confianza.
-Te quiero, Pansy Parkinson-
-Esta es la última vez que alguien me llamará así- susurró Pansy.
-Pansy Weasley suena muy bien- dijo Charles, tomando su brazo. -Sobre todo cuando va seguido de un baronetesa de Davenport-
Pansy sonrió nerviosamente. Hermione abandono la sala y comenzó a recorrer el pasillo.
-Lo harás bien- dijo Charles. Y luego añadió suavemente, -Sé que serás muy feliz-
Pansy asintió, parpadeando para ocultar a algunas traicioneras lágrimas.
-Te lo agradezco tanto, Papá. Por todo. Te quiero, ya lo sabes-
Charles le rozó la mejilla.
-Lo sé- dijo, con voz que delataba su emoción. -¿Nos ponemos en marcha? Me parece que tu baronet es capaz de venir hasta aquí y arrastrarte al altar si no nos dirigimos hacia allá pronto-
Suspirando, Pansy dio un primer paso sobre la alfombra. Y cuando vio a Ron esperándola en el altar, todos sus miedos y ansiedades comenzaron a desvanecerse. Con cada paso, crecía la alegría en su interior y ni siquiera noto los cientos de personas que se habían girado en sus asientos para contemplar el paso de la radiante novia por el pasillo central.
A Ron se le atascó el aliento en la garganta en el instante en que ella dio el primer paso hacia el altar. Parecía tan encantadora, que no sabía como describirlo. Era como si toda su belleza se hubiera acumulado en su interior y ahora resplandeciera a través de ella radiando hacia el exterior. Todo en ella parecía resplandecer, desde el cremoso satén de su piel, a sus suaves ojos verdes incluyendo los brillantes mechones de su cabello, que brillaba alegremente incluso oculto bajo su delicado velo.
Finalmente, Charles y Pansy llegaron junto a Ron, y ella no pudo hacer nada menos que sonreír cuando su padre colocó su mano sobre el brazo de su futuro marido. Alzando la vista hasta los ojos azules de Ron, distinguió una indiscutible calidez en su mirada, junto con hambre, posesividad, y sí, amor. Puede que él nunca le hubiera dicho las palabras, pero Pansy lo vio en sus ojos claramente.
Él la amaba.
La amaba y de repente su vida parecía el doble de brillante que solo unos momentos antes.
El resto de la ceremonia pasó tan rápidamente que más tarde Pansy solo podía recordar momentos aislados. A Thomas, el pequeño ahijado de Harry, orgullosamente erguido junto a ellos mientras sostenía los anillos sobre una pequeña almohada, el calor de las manos de Ron cuando le puso el anillo en el dedo, las engreídas sonrisas de Harry y Draco mientras observaban a Ron besarla apasionadamente cuando el vicario finalmente los declaró marido y mujer, y finalmente, la visión de las mejillas húmedas de su madre cuando los recién casados desfilaron por el pasillo una vez finalizada la ceremonia.
La fiesta duró el resto de la tarde y la mayor parte de la noche. Pansy fue felicitada por cientos de personas que no conocía y luego por otras tantas que sí. Ron se mantuvo a su lado tanto como fue posible, pero aun cuando se vieron obligados a alternar con los invitados por separado, sentía sus ojos sobre ella, y apenas podía contener los temblores de amor y deseo que la hacían estremecer.
Finalmente después de horas de bailes y docenas de brindis, Pansy se deslizó furtivamente junto a Hermione y le susurró al oído
-Sé que todavía es temprano, pero ¿crees que ya podríamos irnos de aquí Ron y yo?-
-Desde hace un par de horas pudieron haberse ido, pensé que estaban disfrutando enormemente la fiesta-dijo irónicamente con una mal disimulada sonrisa
Pansy abrió y cerró la boca un par de veces antes de decir
-Por ahora, solo quiero encontrar a mi marido y retirarnos de aquí-
Pansy se dio la vuelta y pronto encontró a Ron, a este al parecer le urgía más que a ella, retirarse a su habitación.
Antes de irse Draco se acerco a ellos y les dijo
-Ambos son mis amigos, y Pansy, sabes que no soy dado a las amenazas, pero, cuídalo bien, no quiero enterarme de perderé mi poder sobre él.
Pansy sonrió antes de decirle
-Creo que las amenazas deberías dárselas a él
-Oh, no te preocupes, Pansy, él ya las ha recibido.
Draco estrecho la mano la mano de Ron
-Te veré en un par de semanas, Hurón- dijo Ron
-Hasta entonces, Comadreja-
La pareja se dirigió a la muchedumbre y se despidió de ella.

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