La frase de la semana

domingo, 18 de julio de 2010

Tu primer beso

Tu primer beso


El baile de los Granger estuvo lleno de sorpresas, se esperaba mucho de el por ser el primer baile de la temporada pero paso a ser el mejor inicio que se le pudo dar a este año.

La primera sorpresa de la noche se la llevo la decoración del salón, se esperaba que como en todos los demás años la decoración fuera sobria, pero en lugar de eso nos encontramos con algo totalmente diferente, fue una decoración bastante romántica con la cual se propicio bastante al romance y todo lo contrario a lo que se esperaba, en vez de hacer sentir incómodos a los caballeros (lo cual a mi parecer es algo totalmente absurdo de su parte, ya que nosotras deseamos un poco de romance en nuestras vidas y si una relación puede comenzar con este, es mucho mejor) se sintieron bastante a gusto.

La segunda sorpresa de la noche fueron las propias Lady Hermione Granger y Lady Ginevra Weasley, la primera, por desafiar los convencionalismos establecidos para las presentaciones en sociedad, pues en lugar de llevar el clásico vestido en tonos pastel, prefirió un vestido de satén violeta, que dejaba al descubierto sus hombros, lo cual fue un verdadero acierto pues concuerda con su personalidad y con lo cual muchos y me refiero en verdad a muchos, por no decir a la mayoría de los caballeros, les agrado su elección; y la segunda por dejar de ser una pequeña cosita torpe para dar paso a una verdadera dama a la cual ahora los caballeros prestan atención, y no miento al decir que en el baile se vio rodeada de al menos diez caballeros distintos.

Otra de las sorpresas de la noche se debió al inesperado regreso del Barón Arild Stantierra y del Marques Henry Potter, los últimos informes decían que ambos se encontraban en Paris y no se esperaba su regreso sino hasta dentro de dos semanas, pero asumiendo que ambos son grandes amigos de los Riverdale sobre todo de Lady Hermione pero sobre todo que uno de ellos esta interesado en Lady Hermione de una manera meramente romántica, (no comiencen a sacar sus conclusiones pues no es quien piensan), pero como aun el joven caballero no se ha decidido a proponerle matrimonio, no debemos preocuparnos aun hay mucho tiempo, puesto que la temporada apenas empieza.

Y la ultima noticia pero no por ello la menos importante es otro regreso inesperado a Londres, me refiero al escurridizo Vizconde Draco Malfoy, según se pudo escuchar a algunos de sus allegados, el Vizconde regreso hace 3 días, una cosa si debo reconocerle a este apuesto bribón y eso es su capacidad para esconderse de mi.

Lo malo de este asunto es que el vizconde ya ha hecho su única aparición de la temporada y eso quiere decir que no lo veremos más en los bailes.

Más suerte para la próxima temporada, jóvenes casaderas y madres casamenteras.

Esperemos que los siguientes bailes nos dejen tan buen sabor de boca como lo ha sido el de Los Riverdale.

ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 6 DE ABRIL DE 1814

La noche había sido inolvidable, desde que su madre le anuncio su inminente presentación en sociedad nunca se imagino que resultar ser tan…

Como definirlo

¿Maravillosa?

¿Única?

¿Perfecta?

¿Mágica?

Si había sido mágica.

Al principio pensó que todo seria un total desastre, pero poco a poco fue mejorando hasta convertirse en una velada totalmente mágica.

Comenzó con la presencia de Harry, no tenia mas de dos días que había recibido su ultima carta diciéndole que estaba con Arild en Paris, visitando a la hermana de este ultimo y que no pensaban volver hasta dentro de dos semanas, pero estuvo encantada de tenerlo de vuelta a su lado.

Después, se vio atiborrada de la atención de todos esos caballeros, bastante agradables algunos, bueno la mayoría, con la clara excepción del señor Blaise Zabini.

No planeaba casarse con ninguno de ellos, pero era agradable ser tan admirada y deseada por tantos hombres.

Pero lo que realmente la convirtió en mágica fue la presencia del Vizconde Draco Malfoy y la conversación que tuvieron.

Sabia que estaría absolutamente furioso con ella, después de todo le había mentido.

Lo que no esperaba era el camino que tomo su conversación, él la había estado buscando durante 7 años, pensando en encontrarse con un simple criada.

Después, se vio sorprendida a si misma observándolo discretamente cuando el no la veía, la maravillo lo perfecto que este hombre era.

Pero ahora por fin comprendía lo que había dicho Pansy acerca de la estela de corazones rotos que había dejado por todo Londres.

Cuando el Vizconde reía, su cara se transformaba.

Había un no sé qué de angelical en toda su persona. Tenia unas facciones tan nobles que parecía un ángel, pero al mismo tiempo era endemoniadamente atractivo.

Debería estar prohibido ser tan guapo.

¡Rayos! Se había pasado la mitad de la noche pensando en lo maravillosa que era su sonrisa y la otra mitad soñando cosas nada propias de una dama soltera, cuando llego el amanecer no pudo estar mas tiempo en la cama, así que se levanto mucho mas temprano que de costumbre.

Llamo a Anne y cuando ella llego ya estaba vestida solo le hacia falta peinarse.

Bajo a desayunar, su padre aun estaba en su habitación y su madre estaría en su despacho por lo que era probable que su madre no bajara hasta dentro de un par de horas.

Se dirigió al vestíbulo, tal vez ya habrían llegado algunos arreglos, revisaría las tarjetas para saber que caballeros estaban interesados en ella, no es que considerara casarse con alguno de ellos, pero nada le quitaba la curiosidad.

-No mientas, Hermione- dijo su propia conciencia

Bueno si quería ser honesta debía aceptar que en realidad si esperaba un ramo en especial, uno que llevara el nombre del vizconde Draco Malfoy.

Cuando llego al vestíbulo, se llevo una enorme decepción, no había ramos con los que entretenerse, de hecho solo había un ramo y era de ese fastidioso señor Zabini.

Comenzó a subir las escaleras, tal vez no había tenido tanto éxito como había creído, no es que lo deseara por que después de todo no iba a casarse aun.

Cuando estaba en el rellano de las escaleras tocaron a la puerta, se detuvo podrían ser mas arreglos o mejor aun podría ser “el arreglo”

Collingwood abrió la puerta, no podía escuchar nada ¿Por qué había tenido que subir tanto?

Espero un momento, Collingwood podría venir a buscarla a ella o subir a buscar a su madre.

Bien, tal parecía que no habían recibido visitas, tal vez alguna carta para su madre, suspiro y comenzó a subir las escaleras de nuevo.

No había dado ni dos pasos cuando el viejo mayordomo la llamo.

-Lady Granger-

Ella volteo, entonces si había algo para ella.

-Un caballero ha venido a visitarla

-¿Un caballero?- repitió mientras sus pensamientos se dirigían hacia un joven rubio - ¿Quién es?

-El caballero pidió que fuera una sorpresa- contesto el mayordomo- me he tomado la libertad de hacerlo esperar en el salón verde.

Esto provoco que su corazón comenzara a latir más rápidamente, tal vez era el vizconde.

¡Dios que fuera el Vizconde!

-Dígale que ahora bajo- dijo mientras subía corriendo a su habitación no podía esperar a que llegara Anne y la arreglara, se miro en el espejo, su peinado seguía intacto algo que era increíble considerando lo rápido que había subido corriendo, tenia las mejillas levemente sonrosadas, bueno no podía hacer nada contra eso, el vizconde asumiría que acababa de levantarse, lo cual no era algo totalmente agradable, pero poco podía hacer para evitar que el vizconde lo pensara, después de todo no iba a decirle que cuando Collingwood anuncio la llegada de un caballero había subido a mirarse en el espejo, eso seria un enorme error.

Suspiro, no podía hacer esperar más al vizconde, se dirigió al salón verde y tomo aire una vez más.

Abrió la puerta y ahí había un caballero mirando por la ventana hacia la calle, pero…

No era el vizconde

Gruño en voz baja, había deseado tanto que fuera él.

El caballero se giro con una amplia sonrisa en el rostro se dirigió a la sala y se dejó caer perezosamente en una cómoda silla.

- Bien, cuéntame ¿Cómo has amanecido después de tu primer baile en sociedad?- pregunto Harry

-Pues al parecer no he tenido tanto éxito como esperaba- contesto

-Tonterías, ¿No has leído a Whitlock?-

-No, mi madre aun la tiene-

-Pues tengo el enorme placer de informarte que tanto tú como Ginny han sido un rotundo éxito.

-Bueno, pues aun no me consta, como te habrás dado cuenta no he recibido ni un solo arreglo de flores, lo cual es algo deprimente.

-Oh vamos, Herms ¿Acaso lo que escucho en tu voz es una queja? No me digas que te has desanimado

-Por su puesto que no-salto inmediatamente Hermione- pero esperaba al menos contar con algún ramo.

-Si ese es el problema no debes preocuparte, recibirás al menos dos arreglos, uno de mi parte y otro de Arild

-¿Arild? ¿Esta aquí?- pregunto emocionada

Arild era un buen amigo de Harry pero no solo de el sino también de ella, era un tipo ingenioso, desinhibido, él tenía una actitud diabólica de bromista despreocupado que lograba el desmayo de las mujeres, pero sobre todo...

Arild Stantierra era agradable.

Poca gente sabia que ambos eran amigos, muchas veces había escuchado a su madre decir que le encantaría verla casada con él.

Y a ella también le habría encantado casarse con él de no ser por que no estaban enamorados.

Se habían conocido el año anterior y después de unas pocas semanas de cortejo, durante las cuales descubrieron que no estaban hechos el uno para el otro, rápidamente se hicieron buenos amigos

-Sí- contesto Harry- esperaba poder bailar contigo anoche pero estabas demasiado ocupada con la docena de caballeros a tu alrededor-

-Oh calla, pequeño bribón-

-Esta bien pero iras conmigo a dar un paseo por Hyde Park

Hermione asintió, pasar la mañana con Harry era mucho mejor que pasarla esperando a que llegara otro ramo más en casa.

Pasaron gran parte de la mañana platicando de las andanzas de Harry y de Arild, él le conto lo bella y agradable que era la hermana de su gran amigo.

De hecho, Arild había bromeado con que pronto se convertirían en hermanos políticos


El Vizconde tenia toda la intención de visitar a Lady Granger, de hecho estaba apunto de llegar a la casa den conde cuando la vio salir en compañía de Henry Potter, una oleada de furia comenzó a recorrerle el cuerpo entero.

Decidió que lo mejor seria seguirlos, caminaron con rumbo a Hyde Park,

Draco permaneció en el mismo sitio mientras la veía moverse a través de Hyde Park, su brillante melena reluciendo bajo la luz del sol. Por la noche su cruda honestidad lo había acobardado tanto como había intensificado su deseo por ella.

No entendía lo que sentía por esa mujer y esta completa carencia de control sobre sus emociones, lo tenía profundamente irritado. Con paso rápido, se dio la vuelta y se alejó decididamente de las jóvenes casaderas y las madres impacientes, que parecían obsesionadas por atraparlo para conversar.

¡Maldita sea! ella tendría que aceptar que él simplemente no podía dejarla en paz.

Ella volvió a su casa y el vizconde fue incapaz de irse a la suya, espero unos momentos mas después de que Harry saliera hasta que considero que seria apropiado hacer acto de presencia

- Hola Hermione- saludo cuando ella entro

Hermione estaba muda, ahora si que debieron avisarle que era el vizconde, su cabello se había salido de su lugar y solo con verlo se había puesto muy roja.

Lo primero que dijo el vizconde fue algo totalmente impropio e inesperado.

-Es algo muy extraño –murmuró- pero siento la urgente necesidad de besarla.

Por una vez, Hermione no supo qué decir.

Él se mordió el labio inferior de forma pensativa.

-Creo que debería hacerlo.

Ella comenzó a protestar pero Draco continúo

-¿Le han dicho alguna vez que habla mucho?

-Muchas veces -respondió ella, desesperada por hacer o decir lo que fuera con tal de evitar que la besara- De hecho...

-Y en los momentos más inoportunos -meneó la cabeza en un dulce gesto de reprimenda.

-Bueno, es que mi sentido de la oportunidad no es ideal. Mire...

-Cállese.

Y lo dijo con una autoridad tan suave que ella se calló. O quizá fue por la ardiente mirada en sus ojos. Nadie había mirado nunca a Lady Hermione Granger con ardor. Aquello era más que sorprendente.

Draco pegó sus caderas a las de ella y todo el cuerpo de Hermione dio un brinco cuando le acarició el cuello.

-Oh, Dios mío-susurró.

Él se rió.

-También habla mientras besa.

-Oh -ella levantó la cabeza algo nerviosa- ¿No tengo que hacerlo?

Él se echó a reír con tanta fuerza que tuvo que separarse y sentarse.

-En realidad -dijo, en cuanto pudo- me resulta de lo más atractivo. Siempre que sean cumplidos.

-Oh -repitió ella.

-¿Volvemos a intentarlo? -le preguntó.

Hermione había usado todas las protestas con el primer beso. Además, ahora que lo había probado una vez, sentía un poco más de curiosidad. Asintió lentamente.

En los ojos de Draco se reflejó algo muy masculino y posesivo y sus labios volvieron a rozarla. Fue tan suave como el primero, pero mucho, mucho más apasionado. La lengua de Draco se acercó a sus labios hasta que ella los separó con un suspiro. Entonces él se adentró y exploró su boca con una tranquila confianza.

Hermione se dejó llevar por el momento y se apoyó en él.

Era cálido y fuerte y había algo emocionante en cómo sus manos se aferraban a su espalda. Se sintió marcada y quemada, como si él le acabara de poner su sello.

Cuando se separo de ella, pregunto

-¿Te han besado antes?-

Ella negó, era todo lo que podía hacer después de que el la besara

-Bien- dijo con un tono bastante posesivo

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