La frase de la semana

miércoles, 14 de julio de 2010

El Baile (1 y 2)



El Baile


Hoy inicia la temporada y Riverdale House esta vuelta loca ya que no solo se presentara en sociedad a la única hija del conde y la condesa Riverdale, Lady Granger, sino también su sobrina Lady Ginevra Weasley, para todos aquellos que se han pasado los últimos años hibernando les informo que ella es la hija de el hermano mayor de la condesa, el Duque Arthur Weasley. Esta autora ha sido invitada al baile, se espera que acuda toda miembro que pertenezca a la alta sociedad aunque esta autora duda que asista el tan codiciado Vizconde Draco Malfoy ya que es probable que envié sus disculpas dado que el no desea contraer matrimonio hasta la edad de 30 años.


Les informare de todos los detalles del baile en la próxima edición


ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 5 DE ABRIL DE 1814






Horas después Hermione estaba sentada frente a su tocador mientras su doncella la arreglaba.


La cabeza le seguía doliendo terriblemente pero sabia que si no asistía su madre seria capaz de arrastrarla lo único que la consolaba era que la menos se había podido librar de la tortura que era para ella el decidir donde debía ir cada uno de los arreglos florales que su madre había encargado.


Lo malo era que ahora tenía que soportar una tortura peor y de esta si que no podría librarse de ningún modo, tenia que estar lista para bajar y Anne no la dejaría hasta que considerara que estaba radiante.


Lo único bueno de este baile era que no estaría sola ya que se presentaría con ella Ginny, lo cual debía agradecer a su madre ya que su tía Molly deseaba que Ginny se presentara en su casa dentro de un mes ya que estaban terminando de remodelarla.


Su madre había insistido tanto hasta que su tío Arthur accedió con la única condición de que Ginny se preparara en su casa y no en la de ella.


-¿Ya terminaste?- pregunto a la doncella, deseaba salir de esa habitación l mas rápido posible.


-Aun no y tardare mas sino deja de moverse- contesto Anne


-Vaya, vaya veo que hoy estas mas ponzoñosa que de costumbre- dijo una joven alta, pálida y cabello negro que iba entrando a la habitación.


Hermione la miro durante apenas un momento antes de abalanzarse sobre ella


-¡Pansy!- grito mientras corría a abrazarla- pensé que no vendrías


-Te dije que llegaría a tiempo, pero veo que nada ha cambiado por aquí ¿Verdad Anne?- dijo mientras miraba a la doncella


-Es probable que nada haya cambiado en mi señorita, pero si en Lady Granger- contesto la doncella con una sonrisa


Hermione la miro con asombro, no podía creer que después de tres años estando a su servicio Anne Felton aun conservara la mala costumbre de contarle todo a su antigua patrona, Pansy Parkinson.


-Y bien ¿vas a contarme o tengo que esperar a que ella me lo cuente todo?- pregunto mientras se sentaba en el filo de la cama y señalaba a Anne


Hermione suspiro derrotada, no podía ocultarle nada a Pansy, no mientras Anne considerara que debía contarle todo sobre ella


Pansy se había mudado de Wiltshire hace 5 años con sus padres, desde que llego se hicieron amigas sin contar con que Pansy era un año mayor que Hermione, hacia 2 años que se había presentado en sociedad y había recibido 6 ofertas de matrimonio pero no acepto a ninguno hasta hace solo dos meses cuando Ron le pidió que se casara con él, él decía que de no ser por el viaje que había hecho con Harry a estas alturas ya estaría casado con Pansy


-No he cambiado nada, sigo siendo la misma, la que busca un poco de aventura al escaparse de vez en cuando de su casa- dijo con una sonrisa mientras Anne terminaba de arreglarla


-Lady Granger- la llamo Anne- Debe contarle su última aventura-


Hermione le contó la misma versión que a Ginny sobre lo sucedido en Hyde Park y también añadió el detalle de los pendientes


-Los conozco, la duquesa es verdaderamente encantadora, sin embargo, habla demasiado- dijo Pansy


-Ya lo note- contesto Hermione con una sonrisa


-El Vizconde ahora mismo tiene veinticuatro años. Es guapísimo, con el pelo lacio y rubio y los ojos más grises que has visto jamás- dijo Pansy


Hermione sintió una punzada de celos, pero la suprimió rápidamente. El hombre era un patán arrogante y autoritario, y no estaba interesada en lo más mínimo.


-Pareces bastante interesada en él, Pansy- dijo con cautela


-¿En el vizconde Malfoy? Debes estar bromeando. Es un apuesto bribón, pero definitivamente peligroso. Él jamás se relaciona con damas, sólo con mujeres, ya sabes lo que quiero decir. En realidad, apenas lo conozco, pero- Pansy se inclinó hacia Hermione con aire de complicidad -he oído que ha dejado una estela de corazones rotos por toda Inglaterra. Y por el Continente-


-Parece un hombre bastante interesante-


-Interesante, sí. Conveniente, para nada. A mamá y papá casi les da un ataque cuando fuimos presentados oficialmente y él dijo que ya nos conocíamos. Es un soltero empedernido. No se casará en muchos años. Apostaría mis perlas a ello. Y cuando lo haga, será con alguna jovencita estúpida a quién pueda manejar fácilmente y después ignorar una vez que le dé un heredero-


-Oh- Hermione se preguntó por qué de repente se sentía tan deprimida.


-No asistirá esta noche. Estoy segura. Está invitado, por supuesto. Siempre está invitado a todas las fiestas y bailes, pero nunca asiste a ninguno a menos que su familia lo obligue. Él probablemente ha tenido cientos de amantes escondidas por todo Londres. Además, estoy segura de que no querrás conocerlo. Lleva perpetuamente el ceño fruncido y probablemente te arrancaría la cabeza de un mordisco si le dirigieras dos palabras-


-Dios, empieza a parecer de lo más desagradable-


-Oh, bueno, yo no lo llamaría exactamente “desagradable” Ron sólo tiene alabanzas para él- dijo Pansy


-¿Ron lo conoce?- pregunto Hermione


-Pertenecen al mismo club, ya sabes. Dice que todos sus amigos buscan su compañía. Probablemente lo que desean es ser él- Pansy se encogió de hombros. -Es escandalosamente rico e incluso aún más escandalosamente guapo. Creo que es precisamente por eso, por lo que odia el torbellino social por otro lado, no tiene paciencia para fingir, así que sencillamente frunce el ceño amenazadoramente a cualquiera que no le interese. Muchos de sus amigos se sienten aterrorizados por él cuando no están conspirando para cómo conseguir arrastrarlo al altar-


-Debe ser un hombre extraordinario para manejar tal poder- dijo Hermione


-Oh sí, es bastante fastidioso cómo consigue siempre lo que quiere a su manera. Parece como si todos lo consintieran-


-¿Por qué?-


-Bueno, en primer lugar está su título; es un Vizconde, ya sabes. Y como te comenté, es increíblemente rico. Pero si lo conocieras en persona, sabrías lo que quiero decir. Exuda poder. Es un verdadero espécimen de macho-


-¡Pansy!- se rió Hermione


- ¿Qué? Es la verdad, es perfecto- dijo Pansy






El vizconde mantenía las distancias con todas las damas de la sociedad, prefiriendo la compañía de cortesanas y cantantes de ópera. Tenía poca paciencia con la mayor parte de la alta sociedad de Londres, y no confiaba en las mujeres en absoluto. A pesar de todo, las damas lo asediaban en los pocos acontecimientos sociales a los que asistía, tomando como un desafío sus modales distantes y su cinismo. Draco raramente tenía un pensamiento amable para ninguna de estas mujeres. Si una dama coqueteaba con él, asumía que ella era sumamente tonta o que sabía exactamente a lo que - o más bien, con quien - se exponía. Ocasionalmente compartía su cama con alguna de ellas, pero nada más.


-¡Malfoy! Esta sí que es una sorpresa. No puedo creer que esté viendo tu fea cara-


Ronald Weasley uno de los más íntimos amigos de Draco desde sus días de Oxford, cruzó a zancadas el salón de baile de los Granger y le palmeó la espalda -¿Qué haces aquí? Pensé que habías jurado categóricamente no asistir a tales reuniones-


-Créeme, no tengo ninguna intención de permanecer en esta pequeña reunión durante más de diez minutos- Draco mantuvo un tono ligero, pero por dentro su temperamento comenzaba a inflamarse.


En el momento en que había entrado en el salón de baile, un silencio sepulcral se había apoderado de la muchedumbre. Todo el mundo se había quedado impresionado al ver al Vizconde de Ashbourne entrar en el salón con su elegante atuendo de noche. Las nerviosas madres obligaron a sus hijas a jurar que se cruzarían disimuladamente en el camino de tan notorio libertino (todas con la secreta esperanza de que captaran su atención), mientras que todos los que no estaban emparentados con una mujer casadera, inmediatamente se acercaban a Draco atraídos por su título y su fortuna.


Draco suspiró. No tenía paciencia para la insípida charla de la alta sociedad. Lo único que en realidad quería era encontrar a Anne, asegurarse de que estaba bien y marcharse. Su última amante estaba instalada en una acogedora vivienda de la ciudad, y Draco pensaba con ilusión en una larga y perezosa velada con ella. Una noche con Susan seguramente lo libraría de esta extraña obsesión por la criada de los Granger.


Draco se sintió aliviado cuando vio a Ron acercarse a zancadas hacia él. Por fin, un poco de conversación decente.






El Baile (Parte 2)


Ron no era exactamente igual de libertino que Draco, pero había andado bastante cerca. Y era probable que lo hubiera igualado e incluso superado de no ser porque estaba perdidamente enamorado de Pansy Parkinson


-Dime, Malfoy ¿Por qué estás aquí? No creo que quieras conocer a mi hermana y mucho menos a mi prima


-Por qué Empiezo a preguntarme exactamente lo mismo- dijo Draco girando para verlo


Había llegado al baile hacía una hora, y durante ese tiempo había deambulado por la mansión, sorprendiendo a muchos lacayos y criadas y al menos a tres parejas clandestinas. Ni rastro de Anne. Desesperado, había entrado en el salón de baile, pensando que tal vez Anne estuviera atendiendo la fiesta. Pero no había tenido suerte. No vio a la muchacha por ningún lado. Y aunque encontraba la perspectiva de fracasar bastante amarga, no le quedaba más remedio que dejar de buscar. Draco rezongó desalentado y se giró para quedar frente a su amigo, feliz de dar la espalda a la muchedumbre de cuervos.


-Desembucha, camarada- lo incito Ron


-Es una larga historia y dudo que estés interesado- Draco suspiro


-Tonterías. Las historias largas son las más interesantes. Además, si esta historia te ha hecho volver a las filas de la sociedad, debe haber una mujer implicada. Y esto significa por supuesto, que estoy increíblemente interesado- dijo Ron


Draco miró a su amigo y brevemente le contó la historia de como el hijo de la Duquesa de Wilding había sido salvado por una valiente criada de cocina, mejor dicho una valiente criada de la casa de sus tíos, la describió lo mejor que pudo omitiendo la parte de la fuerte atracción que sintió por ella.


-Así que ya ves no es necesaria tanta excitación. Mi historia carece tanto de romance como de lujuria. Me temo que vas a tener que hacerte a la idea de que mi comportamiento esta noche es completamente irreprochable- dijo Draco


-Qué aburrido- dijo Ron


Draco asintió cansadamente antes de añadir


-En efecto y no puedo quedarme aquí. Creo que me asfixiaré si un solo maldito lechuguino más se acerca a preguntarme cómo he anudado mi pañuelo-


-¿Sabes?- comenzó Ron pensativamente -estaba pensando que podría marcharme. Pero aun debo quedarme a bailar la pieza de rigor con mi hermana y con mi prima cuando termine ¿Por qué no nos retiramos al White y nos tomamos unas copas? Una buena partida de cartas podría ser lo que necesitamos después de sesenta agotadores minutos de vida social-


Draco sonrió ante el sarcasmo de su amigo, pero estuvo de acuerdo de inmediato con su oferta.


-Buena idea. No puedo esperar a…- Se paró en seco cuando oyó que Ron retenía bruscamente el aliento -¿Qué sucede?- preguntó.


-¡Dios mío!- exhaló Ron - Ha vuelto...-


-Por el amor de Dios, comadreja ¿qué pasa ahora?- pregunto Draco


Pero no pudo decir nada mas por que Ron se alejaba bastante rápido de el.


Lo único que pudo ver cuando Ron se detuvo fue a una chica de cabello negro y piel pálida que descendía por la escalera, era atractiva pero no era Anne.


Suspiro derrotado, no la encontraría a menos que buscara directamente en la cocina. Seria mucho más fácil hallarla ahí, debía estar cubierta por una gruesa capa de harina.


Iba a abandonar el salón cuando se hizo un silencio total. Una voz de fondo hablo


-Lady Hermione Jean Granger y Lord William Granger, Conde de Riverdale-


Se giro, nada perdía con mirar a la famosa prima de su mejor amigo.


Draco se dio la vuelta lentamente. Allí, al otro lado del salón de baile, estaba de pie su valiente Anne. Excepto que ya no era Anne, se corrigió. Era Hermione Granger.


Draco reaccionó al instante. Cada uno de sus músculos se tensó hasta un punto cercano al dolor, y no podía decidir si estaba furioso por el engaño o simplemente vencido por el deseo. La contempló en silencio mientras Hermione, inconsciente de su presencia, sonreía cansadamente a uno de sus galanes y se frotaba distraídamente la cabeza. Maldición ¿pero en qué estaba pensando al asistir cuando probablemente tenía una seria herida en la cabeza? Draco frunció el ceño, pensando en cómo le gustaría cruzar el salón de baile, agarrarla por los hombros, y sacudirla hasta conseguir meter un poco de sentido común en su cabeza.


Pero por Dios que estaba realmente adorable


Su cuerpo menudo estaba arropado por un vestido de satén violeta, que dejaba al descubierto sus cremosos hombros y mostraba ligeramente la parte superior de sus pechos. Se suponía que las jóvenes en su primera temporada, vestían tonos pastel, pero Hermione había decidido desafiar las convenciones y eligió un color más audaz. Esto armonizaba con su espíritu y en un mar de insulsas jovencitas, ella era un soplo de fuego y vitalidad. Ella había dejado su pelo suelto, poco a la moda, recogiéndose los mechones laterales con un broche encima de la cabeza, pero dejando que el resto de su cabellera se derramara por su espalda.


A pesar de la distancia era capaz de ver su rostro.


Parecía cansada y Draco estaba seguro de que la cabeza aún la molestaba. Algo en ella lo hacía sentirse ferozmente protector, y se sintió enfurecido porque ella pudiera estar poniendo en peligro su salud con demasiada actividad.


Ron se acerco a el con Pansy del brazo. Draco volteo a mirarlo con asombro total. No era posible que el no le hubiera dicho quien era cuando se lo conto.


¡Traidor!


-Malfoy, cierra la boca- dijo Ron riendo- ¿A quien has visto para quedarte así? ¿Acaso encontraste lo que buscabas?- dijo mirando alrededor


-Me temo que si- dijo con ira contenida pero cambio el tono de voz cuando se dirigió a Pansy- Señorita Parkinson ¿Cómo ha estado?-


-Bastante ocupada con los preparativos de la boda, mi lord- dijo Pansy


-Debe disculparme un segundo, he visto a alguien- dijo Draco mirando hacia el pie de las escaleras


-Por mi no se preocupe, pero debe prometerme que cuando se desocupe bailara con mi futura hermana y prima- dijo Pansy


-Lo prometo- dijo con una pizca de enojo en su voz.


Estaba bastante lejos pero aun así pudo ver como un hombre cabellos negros se acercaba a Hermione y esta volteaba pero antes de que pudiera saber de quien se trataba, Hermione cayo en sus brazos.


Una ira comenzó a invadir el cuerpo de Draco.






Hermione estaba abrumada con tanta atención, ahora recordaba por que le había insistido tanto a su madre en aplazar lo máximo posible su dichosa presentación, solo llevaba unos minutos y a deseaba regresar a su habitación.


Le dolía la cabeza pero aun no podía retirarse, debía esperar por lo menos una hora, lo que le alentaba en estos momentos es que pronto llegaría Harry. Hacia tanto que no lo veía.


Un caballero- del cual desconocía el nombre- de piel bastante bronceada para vivir en Londres le insistía en bailar un vals, tenia permiso para ello pero la verdad es que no deseaba bailar con el, era odioso, lo había visto un par de veces tratar a sus sirvientes como esclavos.


-Lady Granger no puede aceptar su propuesta señor, por que ya me ha prometido ese baile a mi- dijo una voz a su espalda.


Hermione se volteo tan rápido que trastabillo hasta caer en los brazos de el.


-¡¡¡Harry!!!- dijo Hermione mientras lo abrazaba


-¿Quién es usted?- los interrumpió el hombre con el que ella hablaba antes


-Lord Henry James Potter, Marques de Kent- dijo mirándolo con una sonrisa en los labios.


Nadie se atrevería a decirle nada, no mientras fuera marques ya que este titulo lo concedía el Rey para mostrar su reconocimiento y gratitud a ciertas personas.


En pocas palabras, tenia el favor del Rey.


El hombre hizo una mueca de disgusto pero no dijo nada mientras se alejaba


-Bueno, ahora que nos hemos desecho del fastidioso señor Zabini, ¿Bailas conmigo?- pregunto mientras extendía su mano hacia ella


-Según he entendido ya te lo he prometido ¿No es así?- dijo riendo mientras aceptaba su mano


-Tienes razón y mientras bailamos puedes contarme como te has divertido sin mí- dijo Harry


-Bien lo primero que debes saber es que no he tenido muchas aventuras, solo una y ha ocurrido hace pocas horas- Hermione le conto la misma historia que a Ginny, Harry no tenia que saber que ansiaba saber donde se encontraba el vizconde en esos momentos.


Mientras se acercaban al centro del salón un par de ojos grises no dejaban de mirarlos, a él con odio y a ella con… bien no estaba seguro de que era lo que sentía exactamente por ella en ese momento.

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