La frase de la semana

lunes, 26 de julio de 2010

Recuerdos

Tal parece que este año trae consigo muchas sorpresas, la mayor de ellas es la reciente confirmación por parte del mismísimo Vizconde de Ashbourne acerca de porque ha decidido pasar más tiempo en Londres de lo planeado, al principio, esta Autora especulo sobre su decisión, asumiendo como la mayoría, que se quedaba por Lady Granger, pero cual fue mi decepción al saber que su permanencia en la ciudad no era por la dama en cuestión, sino por la próxima presentación de su prima, la Señorita Luna Lovegood.

Según fuentes cercanas al Vizconde, este se queda solo por el cariño que le tiene a su prima.

Cabe aclarar que esta Autora aprecia profundamente a la familia del Vizconde y no es su intención herir los sentimientos de su prima y mucho menos los de su madre, la Vizcondesa Viuda, pero esperaba que se quedara en gran parte por Lady Granger.

En resumen, esta Autora esta decepcionada.

ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 18 DE ABRIL DE 1814


Draco sabía que estaba cometiendo un error monumental, pero no podía evitarlo, habían pasado casi dos semanas desde que descubrió que Anne no era Anne sino Lady Hermione Granger.
Lo cual solamente agravaba el error.
Ella era una dama y no podía permitir mezclarse con una dama a la cual no pensaba pedir en matrimonio.
De hecho no pensaba casase hasta que tuviera al menos 30 años,
Sobre todo por que todas las mujeres solo buscaban su dinero y su titulo
Aun podía recordar cuando de niño su padre se lo dijo, hubo un tiempo que creyó que su madre y su tía era iguales a todas las demás mujeres

FLASH BACK
Lucius Malfoy se hallaba en su despacho sentado frente a su escritorio cuando un leve golpe en la puerta lo distrajo de sus pensamientos
-Adelante- dijo
Un niño pequeño de casi ocho años, de cabellos rubios entro al despacho.
Draco Malfoy no era más que un niño que soñaba con convertirse algún día en un hombre parecido a su padre, era rico e inteligente pero sobre todo poderoso.
El tomo asintió mientras esperaba que su padre le dijera para que lo quería
-¿Qué opinas de las mujeres?- pregunto
Draco se sorprendió ante su pregunta, el aun era un niño y no le interesaban más mujeres que su madre, su tía y su recién nacida prima, así que se limito a contestar lo poco que sabia
-Que son buenas y siempre te quieren-
Su padre se levanto bruscamente de su asiento, se coloco a su lado y lo levanto bruscamente
-Las mujeres no son buenas y tampoco te quieren, solo sirven para lucirlas frente a los demás, para tener hijos y para gastar la fortuna de su marido-
-Pero mi mamá…-
-Tú madre es igual que todas, se caso conmigo solo para mantener su posición social.
Draco dio un paso atrás, nunca había visto a su padre tan furioso
-Ninguna mujer amará nunca a alguien como tú. Lo único a lo que nosotros podemos aspirar es que alguien se case con nosotros por nuestro dinero y titulo-
Draco lo miro fijamente, estaba asustado pero a pesar de todo y de su corta edad, dudaba de las palabras de su padre.
-Ninguna mujer me amo a mi, tanto mi madre como tu madre solo están conmigo por mi dinero y mi titulo-
¿Por que decía eso? Era obvio incluso para el que su abuela lo adoraba, se desvivía por él ¿Acaso su padre no podía verlo?
-Grábate muy bien estas palabras, las mujeres no aman a nadie, solo aman el dinero y los títulos y con el tiempo, si tienes suerte tal vez tengas un hijo que te quiera-
Su padre era un hombre muy inteligente, pero ¿Debía creer en sus palabras? Y sobre todo ¿Debía dudar del amor de su madre?
-Pero sobre todo, nunca olvides que si una mujer, cualquiera de ellas, pero sobre todo tú madre, tú esposa o incluso tu amante, alguna vez muestran un poco de afecto, te dicen que te quiere o incluso que te aman, no les creas, todas mienten-
FIN FLASH BACK

Aun recordaba como los siguientes años se negó a creer que cualquier mujer lo amara, llego al punto de rehusarse a estar cerca de su madre y su tía. Solo aceptaba la compañía de la pequeña Luna.
Pero cada vez que alguna de ellas le decía que lo quería recordaba la voz de su padre diciéndole que solo lo hacían por su dinero y por su titulo.
Pronto comenzó a perder todo el respeto que le tenia, ¿Cómo había sido capaz de destrozar la visión que tenia sobre la mujer? ¿Acaso no comprendía que solo era un niño y necesitaba saber que su madre lo amaba?
Pero cuando verdaderamente lo odio fue cuando su tía Sophia murió.
Como lo odio.
Aun recordaba las últimas palabras de su tía.

FLASH BACK
Draco Malfoy recorría el pasillo que lo llevaba a la habitación de su tía, hacia meses que su enfermedad había empeorado, había empezado con una simple gripa que no cedió.
Toco a la puerta, no se escuchaba más ruido que el de una respiración entrecortada y la voz de su madre tratando de calmar a su hermana
-Pase- dijo su madre
Su tía ya no se parecía en nada a la mujer que el había conocido.
Daba miedo verla, su aspecto era más el de un muerto que de un vivo.
-Te dejare solo con ella por un momento, trata de no cansarla demasiado- dijo su madre
Cuando su madre salió, su tía hablo
-Acércate- dijo en apenas un susurro
El se acerco a la cama
-Se que pronto moriré, así que quiero pedirte algo antes de que me vaya-
Draco asintió y se acerco un poco más para poder escucharla bien
-Se que tu comportamiento en todo este tiempo no ha sido intencional así como tampoco lo ha sido hacerme daño a mi o a tu madre y mucho menos a Luna. Se lo que tu padre te ha dicho que las mujeres no saben amar - se detuvo para respirar un poco- y que todo lo que buscan es el dinero, pero quiero que sepas esto, el ha tenido que vivir con sus propias culpas y lo único que esta tratando de hacer es pasarte ese peso a ti.
No quiero decir que tu padre te haya mentido, pero eso no significa que no se equivoque. Pero sobre todo quiero decirte que no permitas que las ideas de tu padre rijan tu vida. No lo permitas. Prométeme que no lo permitirás.
¿Seria posible que su tía lo amara de verdad? Algunas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
Su tía lo amaba tanto como a Luna.
-Tu madre te ama tanto como yo o Luna, pero no es por tu dinero o tu titulo por lo que te queremos, es por que eres una parte de nosotras y sobre todo, por que eres una persona maravillosa.
Draco asintió
-Una cosa más, prométeme también que no permitirás que nada ni nadie lastime a mi Luna, prométeme que su felicidad será lo más importante para ti y prométeme que pase lo que pase siempre estará a su lado.
-Lo prometo- dijo en un susurro
-Debes crecer fuerte Draco, fuerte para tu madre y para Luna-
El niño asintió una vez más y salió de la habitación.
FIN FLASH BACK

Nunca olvidaría ese día. Había descubierto que las mujeres de su familia sabían amar, pero no podía confiar en las demás mujeres.
Y mucho menos en Lady Granger. En ella menos que en nadie.
Y a pesar de que sabía que tratar con ella estaba mal, no podía estar lejos de ella.
Tenía planeado dejar Londres después de declarar que seria amigo de ella, pero su madre le había dicho que no podría hacerlo hasta después de presentar a Luna a la sociedad.
Había prometido a su tía que la felicidad de Luna estaría por encima de todo y cumpliría con su palabra pero resultaba difícil cuando Hermione Granger también estaba en ese baile.
Hacia poco que había llegado y ya estaba acompañada de Arild Stantierra.
Había leído la columna de Whitlock cuando esta decía que el barón Stantierra esta interesado en Hermione y por lo visto esa cotilla no se había equivocado.
Solo hacia falta ver como el barón miraba a Hermione. Parecía que la adoraba.
Un cosquilleo comenzó a recorrer su espalda, era una sensación parecida a la que había sentido cuando la vio con el odioso de Potter.
Iba a acercarse a ella después de la presentación de Luna pero al ver como se acercaba a ella el marques algo dentro de el exploto.
No permitiría que nadie se le acercara.
Apenas había dado unos cuantos pasos cuando su madre lo detuvo
-Es hora de que Luna baje-
Tenia la intención de decirle a su madre que esperara solo unos minutos más, pero le pareció muy egoísta de su parte hacerle eso a su prima el día de su presentación.
Subió por la escalera contigua al rellano de la escalera principal y ahí estaba su querida Luna.
Llevaba un vestido azul cielo que la hacia ver totalmente angelical, habían recogido su cabello en un moño bajo con algunos mechones de cabellos sueltos alrededor de su rostro, que solo servían para atenuar más su belleza.
-Luces preciosa- le dijo cuando estuvo a su lado
-Solo lo dices para hacerme sentir mejor- dijo un tanto sonrojada
-Lo digo por que es la verdad- dijo mientras colocaba la mano de su prima sobre su brazo- Ya me veré mañana espantando a unos cuantos de los moscardones que te irán a visitar-
Con esto logro que Luna sonriera
-Es hora de bajar ¿Estas lista?
Luna suspiro y asintió
En el piso de abajo el lacayo comenzó a anunciar su entrada
-Confía en mi, será un éxito total- dijo Draco al ver que su prima temblaba. Respira ¿Lista?- espero a que Luna asintiera- Vamos-
En el piso de abajo, todos los presentes voltearon a verla.
Harry y Ron la habían visto algunas veces y siempre habían pensado que no era más que una niña bonita, pero ahora podían ver que se había convertido en una mujer bastante atractiva.
Cuando llegaron al piso de abajo Draco la dirigió hacia la pista de baile y comenzó a sonar la música.
Varias parejas se dirigieron a su lado pero Draco no prestaba atención a ninguna de ellas, la única persona que cautivaba su atención por el momento era su prima.
Hermione estaba embelesada con la actitud del vizconde, lucia tan devoto a su familia.
Cuando el baile termino, Hermione no podía dejar de verlo.
Su madre se acerco a ella y estaba apunto de sugerir que se dirigiera a la mesa de bebidas para encontrarse "casualmente" con el barón Stantierra, cuando el vizconde apareció a su lado y pidió un baile con ella.
Elizabeth asintió y Draco tomó a Hermione en sus brazos. Cuando llegaron al centro de la pista de baile, él le sonrió cariñosamente y dijo
-Estás tan hermosa en el salón de baile como aseguro que estarás en tú dormitorio-
Ella se sonrojó furiosamente.
-¿Por qué ha de decir tales cosas? ¿Está determinado a arruinar mi reputación?-
Draco alzó sus cejas ante su preocupación.
-No es mi intención jactarme, pero a menos que te arrastre fuera del salón y te viole en el jardín, al estar contigo sólo la realzo. No suelo acudir a estos eventos- le explicó. -La gente querrá saber por qué estoy tan cautivado contigo-
Hermione tuvo que darle la razón en ese punto.
-Sin embargo, no tiene por qué hacerme sentir avergonzada-
-Lo siento- dijo él sencillamente. Hermione lo miró bruscamente ante su tono grave y quedó atontada por la sinceridad que encontró en sus ojos.
-Gracias- dijo suavemente. -Acepto su disculpa- Se quedó mirándolo fijamente a los ojos un largo instante y después, incómoda ante la íntima caricia de su mirada, rápidamente bajó la vista y la fijó en su pañuelo.
-Podrías sonreírme- dijo Draco -O si no, al menos levantar la vista y mirarme. Todo el mundo nos observa-
Hermione le hizo caso y levantó la mirada.
-Mucho mejor. Es doloroso tenerte entre mis brazos y no poder mirar tus ojos-
Hermione no supo qué decir.
Después de unos segundos, Draco rompió el silencio.
-Puedes llamarme Draco, si quieres-
Hermione recobró un poco de su espíritu.
-Su Excelencia bastará, estoy segura-
-Pero prefiero que uses mi nombre de pila-
-Y yo prefiero no hacerlo-
Draco estaba encantado de que Hermione hubiera recuperado su carácter. Parecía tan apagada cuando empezaron a bailar el vals.
-Parecerás increíblemente tonta llamándome "su Excelencia", cuando yo te llame simplemente Hermione- dijo en un tono bastante mordaz
-No le he dado permiso para usar mi nombre- le recordó ella.
-En realidad, Hermione, creo que no es necesario después de lo que hemos compartimos hace menos de dos semanas
-¿Es necesario que me recuerde eso? Prefiero olvidarlo- dijo ella con un leve suspiro
-¿De verdad? Creo que te mientes a ti misma-
-Presupone demasiado, su Excelencia-dijo Hermione con tranquila dignidad. -No me conoce en absoluto-
-Pero me gustaría- La sonrisa de Draco era definitivamente pícara.
Hermione se maravilló de cómo una simple sonrisa era capaz de transformar por completo el rostro de Draco. Solo un momento antes, parecía difícil e intransigente. Ahora, con su habitual cinismo ausente, resultaba casi infantil, y sus ojos la envolvían en una cálida y brillante luz.
Hermione sintió como todos sus procesos mentales se detenían cuando la abrazó acercándola más a él.
-Creo que trata de aturdirme deliberadamente-
-¿Tengo éxito?- pregunto Draco con una sonrisa de lado
Hermione lo miró fijamente varios segundos antes de contestar gravemente.
-Sí-
Los brazos de Draco se tensaron alrededor de su pequeño cuerpo.
-Cristo, no puedo creer que me hayas dicho eso aquí- dijo con voz súbitamente ronca -Eres demasiado sincera para tu propio bien, de hecho eres demasiado condenadamente sincera para mi propio bien-
Hermione bajó la mirada, incapaz de entender qué la había movido a admitir sus sentimientos con tanta crudeza.
-¿Cree que soy demasiado sincera?- dijo con voz suave. -Bien, no he terminado aún. Nos conocimos de la forma menos convencional posible, y es probable que sea por ello por lo que somos capaces de hablar el uno con el otro sin muchos rodeos. Creo que es usted un hombre agradable, pero también difícil, y que podría hacerme daño aunque no fuera esa su intención. Así que le pido amablemente que permanezca lejos de mí-
-No creo que pueda-
-Por favor-
Draco quedó asombrado por como una palabra tan suave de los labios de Hermione, podía hacerlo parecer tal canalla. Sin embargo, sintió que tras el discurso a corazón abierto de ella, no merecía nada menos que completa honestidad por su parte en retribución.
-No creo que entiendas lo mucho que te deseo-
Hermione se detuvo inmediatamente. -El vals ha finalizado, su Excelencia.-
-Cierto-
Ella se desenredó de sus brazos.
-Adiós, su Excelencia-
-Hasta mañana, Hermione-
-No lo creo.- Y con esto, se escabulló de él esquivando hábilmente a la muchedumbre, hasta llegar junto a su prima.
Draco permaneció en el mismo sitio mientras la veía moverse a través del salón de baile, su brillante melena reluciendo bajo la luz de las velas. Su cruda honestidad lo había acobardado tanto como había intensificado su deseo por ella. No entendía lo que sentía por esa mujer, y esta completa carencia de control sobre sus emociones, lo tenía profundamente irritado.

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