La frase de la semana

lunes, 26 de julio de 2010

¿Amigos?


La temporada ha comenzado este año de 1814 sin que existan ra­zones para confiar en que vayamos a ver algún cambio destacable respecto a la de 1813. Como siempre, los actos de sociedad siguen llenándose de Mamás Ambiciosas cuyo único objetivo es ver a sus Preciosas Hijas casadas con Solteros Convencidos. Las deliberaciones entre las Mamás señalan al vizconde Malfoy como su partido más cotizado para este año.
Todo parece indicar que este año e vizconde esta buscando esposa.
Se preguntara por que lo digo y es algo relativamente fácil de contestar, dado que el vizconde ha dejado a un lado su auto exilio de los bailes para bailar con mas de una jovencita casadera, pero para todas aquellas damas que aun no se hayan dado cuenta, el vizconde parece tener en la mira a un dama en especial.
¿Qué es lo que pensara el barón Stantierra de esta clara competencia por la dama en cuestión?
Los tendré informados de todo lo relacionado con este….mmm…trío.
ECOS DE SOCIEDAD DE LADY WHITLOCK 8 DE ABRIL DE 1814


Draco sabia que estaba cometiendo un enorme error pero no pudo contenerse, había algo en esta mujer que le hacia desearla muchísimo.
Después de que se fue a su casa de soltero, se dirigió a su despacho, abrió la botella de Whisky que había iniciado hacia dos días, se sirvió un trago y lo único en lo que podía pensar era en ella y en cuanto deseaba volver a verla.
Al día siguiente en contra de todo pensamiento racional se dirigió a su casa, tenia que verla, lo cual era un error monumental pues no podía permitirse tener trato con ella, era un dama y el no se relacionaba con ellas, con la clara excepción de su madre y su prima.
Amaba a esas mujeres.
Tocó la puerta y el estirado mayordomo de los Riverdale lo miro de arriba a abajo antes de que este pudiera darle su tarjeta, cuando la recibió, el mayordomo no parecía ni un poco impresionado con su presencia.
Lo llevó hasta el mismo salón en el que había besado a Lady Granger, no se había comportado como un caballero pero aunque la fastidiosa Lady Whitlock lo pusiera en duda, el era un caballero, bueno la mayoría de las veces lo era.
Cuando ella entró algo muy dentro de él tomo forma, algo estaba comenzando a reptar y enredarse en su corazón.
Los dos se miraron por unos segundos antes de saludarse según el protocolo.
Hermione estaba sonriendo, el vizconde había vuelto. Hasta que el vizconde volvió a hablar.
-Quería decirle que lo siento -dijo él.
-¿Por qué?- preguntó
-Por el beso- contestó el vizconde
Ella… no sonrió. No estaba seguro de lo que era su expresión, pero no era una sonrisa.
-Por supuesto-dijo.
¿Por supuesto? ¿Por supuesto?
-La acepto. -Lo miró ligeramente sobre su hombro- Por favor, no piense en eso otra vez.
Eso era lo que ella debía decirle, pero aún así, molestaba a Draco.
La había besado y había sido estupendo, y si deseaba recordarlo nadie se lo impediría.
Pero por ahora no era momento para indagar en ese absurdo sentimiento de molestia por su respuesta.
-Daria un paseo conmigo por Hyde Park- preguntó
Ella lo miro con duda, pero contestó
-Por supuesto
-Le prometo que no se arrepentirá-
-Pero antes debe acompañarme con Lady Caroline Blackwood-
El la miro un tanto confundido
-Me temo que no la conozco milady
Hermione lo miro con total incredulidad ¿Seria posible que este hombre no fuera capaz de recordar el nombre de ninguna dama? Bueno no importaba, de hecho solo causaba risa. Él la miraba esperando una respuesta hasta que se apiado de él y dijo
- Lady Blackwood es la dama que lo acompaño hasta mi casa
-Ah si, no lo recordaba
-Si será zopenco- murmuró
-Ha dicho algo- preguntó el vizconde
-Nada- contestó rápidamente Hermione- ¿Nos vamos?- preguntó con un radiante sonrisa
El asintió
El camino no fue largo, Lady Blackwood vivía a solo quince minutos de su casa, pero lo que mas le sorprendió fue el trato tan amable del vizconde.
¿Seria posible que el vizconde no fuera tan malo como todos decían?
Cuando llegaron el carruaje se detuvo delante de la elegante casa de Lady Caroline. Descendieron rápidamente y subieron los pocos escalones que llevaban a la puerta principal. El vizconde la golpeó decididamente. Fue abierta unos segundos después, y Hermione se encontró frente al cómicamente delgado e insoportablemente imperioso mayordomo de Lord y Lady Blackwood.
A menudo, los mayordomos solían ser mucho más estirados que sus patrones, y Graves no era la excepción. Nadie entraría en casa del duque y la duquesa de Wilding hasta que él los juzgara dignos de ello. Bajó la mirada hacia Draco y Hermione, sus oscuros ojos brillando con agudeza, y simplemente dijo;
-¿Sí?-
Draco le ofreció su tarjeta de visita.
-¿Recibe lady Wilding?- preguntó bruscamente, devolviéndole al mayordomo una mirada igualmente arrogante.
-Es probable- contestó
Hermione casi se echó a reír cuando vio al vizconde apretar la mandíbula.
Draco perseveró.
-¿Puede decirle que Lord Ashbourne y Lady Hermione Granger han venido a visitarla?-
El mayordomo los miro por última vez, asintió y los dirigió a un salón en el ala este
-¿Que pretende hablar con ella?- pregunto Draco
Hermione estaba esperando que le preguntara eso desde que habían salido de su casa
-Debo devolverle los pendientes que me ha dado- dijo con una apenada sonrisa
Caroline entro al salón y lo primero que vio fue al vizconde
-Buenos días milord-
El vizconde la miro primero a ella y después a Hermione que estaba sentada
La duquesa la miro sorprendida
-¡Oh, Dios mío!-
Hermione sonrió avergonzada.
-Imagino que está un poco sorprendida- dijo Hermione
La duquesa abrió la boca, la cerró y luego la volvió a abrir para decir
-Oh, Dios mío-
-Bueno, a lo mejor muy sorprendida- rectificó Hermione
-Oh, Dios mío-
Draco se puso al lado de Hermione
-Nunca lo creí posible-susurró la duquesa
Hermione miro al vizconde pidiéndole una ayuda silenciosa
Pero... usted... ayer...-
Hermione suspiró.
-Me temo que ayer había tomado prestado el vestido de mi criada-
-¿Para qué?- Caroline estaba recobrando lentamente el uso de sus bastante activas cuerdas vocales.
-Esa es una larga historia-
-¿Sí?- preguntó el vizconde
Hermione dirigió al vizconde una cortante mirada.
-Bueno, si no larga, al menos bastante complicada-
-¿Oh?- exclamó Caroline con los ojos muy abiertos por el interés. -Entonces definitivamente quiero oírla entera-
-De hecho, no es tan complicada como esto- murmuró Hermione
Hermione le explico rápidamente como ella y su prima trataban de escapar de su madre y de los preparativos para el baile.
-Eran las cocinas o los arreglos florales- concluyó.
-Definitivamente prefiero las cocinas- murmuro el vizconde
-Un destino terrible- estuvo de acuerdo Caroline.-Sin embargo, no me puedo imaginar qué dijo Elizabeth sobre vuestra aventura-
-El hecho es- dijo Hermione significativamente -que yo tampoco-
-Oh, ya veo, ella no sabe nada-
-Y espero que usted no le diga nada- dijo con una mirada cómplice
-Cuenta con ello podéis estar segura de que guardaré silencio. Es lo menos puedo hacer después de que usted salvó la vida de Alexander. Como dije, siempre estaré en deuda con usted-
Hermione tendió los deslumbrantes pendientes de esmeraldas y diamantes a Caroline. -Entonces entiende- explicó ella -que considerando mis verdaderas circunstancias, no puedo aceptarlos. Por favor, tómelos. Hacen juego con sus ojos-
Los ojos de Caroline brillaron con lágrimas no derramadas. -Pero quisiera que los conservara. Sólo son una baratija comparados con mi hijo-
-Creo que Lady Granger se sentiría incómoda- intervino suavemente el vizconde.
La duquesa miró a Hermione y a Dracoalternativamente hasta que finalmente su mirada se detuvo en Hermione. -Realmente quiero darle algo en agradecimiento-
-Su amistad será más que suficiente- La voz de Hermione era profunda e impregnada de emoción, ya que sabía que Caroline sería una amiga leal y verdadera.
La duquesa tomó ambas manos de Hermione en las suyas.-Eso lo tendrás siempre- Y como si no fuera suficiente, soltó las manos de Hermione para rodearla en un cálido abrazo.
-¿Y a que debo la visita del vizconde?- pregunto la duquesa
-Me ha acompañado, ya que ambos nos vimos involucrados en este enredo-
La duquesa los miro con un renovado interés, había escuchado que el vizconde había asistido al baile de los Riverdale y que por más de media hora no se le vio.
¿Un enredo? ¿Seria acaso que estuviera interesado en Lady Granger? Hermione era sorprendentemente atractiva, obviamente inteligente y muy agradable. Y lo más importantemente para alguien a punto de ser emparejada con Draco Malfoy, vizconde de Ashbourne, muy, muy valiente. Caroline decidió que no podía haber encontrado a pareja mejor. La aguda lengua de Hermione también le sería de utilidad. Draco necesitaba una mujer que no se apresurara a estar de acuerdo con él cada vez que comenzara a actuar de forma dominante, lo cual, según los comentarios de todo Londres, hacia la mayor parte del tiempo.
Draco ya se había hartado de estar ahí sentado escuchando los parloteos de esas dos mujeres, así que decidió intervenir, después de todo el no quería pasar el día sentado ahí, quería pasar un poco de tiempo con esta mujer
-Me pare que es momento de retirarnos, milady- dijo
Las dos mujeres lo miraron asombradas aunque la mirada de la joven duquesa dejaba ver claramente su curiosidad por la joven pareja.
Draco al ver que ambas lo miraban como si estuviera un tanto chiflado, se justifico
-Lady Granger ha prometido acompañarme a un paseo por Hyde Park-
La duquesa asintió
Hermione no tuvo mas remedio que darle la razón, el la había invitado a pasear y ella se había aprovechado al llevarlo con la duquesa de Wilding.
Cuando salieron Draco y Hermione de ahí la primera en hablar fue ella
-Odio ser manipulada-
-Sí, bien, yo también. Pero haré una excepción puesto que esta manipulación me ha dejado a solas contigo. "
Hermione le lanzó una aguda mirada.
-Usted siempre tan controlado. ¿No lo agota? ¿No le entran ganas a veces de gritar?-
Draco se rió en voz alta.
-Amor, si yo te dijera lo que me hace gritar, saldrías corriendo y no pararías hasta llegar a las Highlands-
Hermione se sonrojó profundamente. Incluso una inocente como ella entendía lo que había querido decir. -¿Tiene siempre que tergiversar deliberadamente mis palabras? Es un incordio-Se cruzó de brazos de nuevo y se giró de forma que le diera la espalda.
-A ver, amor. No te enfurruñes. Sé sincera. ¿De verdad te disgusta tanto hablar conmigo?-
Ahí estaba de nuevo el arrogante vizconde, pero debía ser sincera, así que contesto
-Bueno, en realidad no.-
-¿Te disgusta estar conmigo?-
-Bueno... no exactamente-
-¿Entonces, cuál es el problema?-
-Bien-comenzó Hermione despacio, volviéndose para mirarlo-no estoy segura-
-¡Estupendo!- declaró Draco felizmente.-Eso lo aclara todo. No tenemos ningún problema-
-¡Ese es exactamente el problema!- decidió Hermione súbitamente.
Draco enarcó una ceja de manera inquisitiva.
Hermione no se desalentó. -Usted decidió que no tenemos ningún problema, así que ¡voila!, no tenemos ningún problema. ¿Y si yo creo que sí tenemos un problema?-
-Pero si acabas de decir que no tenemos ningún problema- dijo con un sonoro suspiro
¿Por qué las mujeres tenia que ser tan complicadas?
-No he dicho tal cosa. Dije que no estaba segura de cuál era el problema. Pero ahora ya lo sé. Así que esto es lo que hay. Tenemos un problema-
Hermionese detuvo y lo observo. Habían llegado a Hyde Park y por mucho que le disgustara la idea -o tal vez no tanto- debía comportarse un poco para no llamar la atención.
-¿Cuál es el problema?-
Hermione se cruzó de brazos.
-Es demasiado mandón-
-Oh, ¿de verdad?-
-Sí-
-Bueno, es sólo por que resulta que tú necesitas que te controlen un poco. Mira lo que ocurre cuando se te deja a tus propios medios ¡Te encuentro inconsciente en la calle!-
-¡No puedo creer que tenga el valor de decirme eso!- Hermione echaba humo y comenzó a caminar a través del parque. -¡Estaba inconsciente en la calle porque acababa de salvarle la vida a un niño! ¿Preferiría que hubiera dejado que lo pisotearan?-
-Olvídalo- se quejó Draco, incapaz de creer su propia estupidez. -Ha sido un mal ejemplo-
-Y otra cosa, no necesito que me controlen- dijo Hermione enérgicamente, tomando carrerilla. -Soy perfectamente capaz de cuidarme sola. ¡Lo que usted necesita es una buena patada para recordarle que no es Dios!-
-Hermione...-
-Oh, quédese tranquilo. No quiero hablar más con usted. Probablemente sonreirá levemente y hará otra insinuación sexual. Francamente, no necesito esa clase de agravio-
-Hermione...-
-¡¿Qué?!- espetó ella, girándose para enfrentarlo.
-Sólo iba a comentar que no creo haberme visto envuelto en una discusión tan vehemente con una mujer tan solo veinticuatro horas después de besarla-Draco se frotó la barbilla pensativamente, sintiendo curiosidad por la profundidad de la reacción emocional del uno con el otro. -En realidad, creo que no he discutido así con una mujer en mi vida-
Hermione lo miró suspicaz.
-¿Trata de insultarme?-
-No- dijo Draco lentamente, como si tratara de resolver un problema en su cabeza a la vez que hablaba. -No. En realidad, creo que acabo de elogiarte-
Hermione lo miró con la confusión pintada en su rostro. Él continuaba frotándose el mentón, y sus ojos se habían entrecerrado perceptiblemente. Pasaron unos largos segundos, y Hermione pudo ver un amplio surtido de emociones cruzar su rostro. De vez en cuando él comenzaba a decir algo y se detenía, como si se le hubiera ocurrido una nueva solución.
-¿Sabes lo que creo que significa?- dijo finalmente, hablando con lentitud y decisión. -Creo que significa que vamos a ser amigos-
-¿Qué?- casi grito
-Es una idea novelesca. Amigo de una mujer-
-No se esfuerce demasiado-dijo con un poco de petulancia
-No, lo digo en serio. Piénsalo un minuto, Hermione. Discutimos constantemente, pero con franqueza, me he divertido más en las últimas veinticuatro horas, que durante años-
Hermione se quedó mirándolo, incapaz de pensar una respuesta para tal declaración. Draco siguió
-Creo que me gusta usted, Lady Hermione Granger. Desde luego, también te deseo. Debe ser obvio para ti. El Señor sabe que es dolorosamente obvio para mí. Pero, realmente, me gustas bastante. Eres una chica con suerte- dijo esto ultimo con una enorme sonrisa
-¿Una chica con suerte?- la voz le salió estrangulada.
-Y creo que si lo piensas, te darás cuenta de que yo, también te gusto. ¿Cuándo ha sido la última vez que te has divertido tanto?- pregunto el vizconde con una sonrisa
Hermione abrió la boca, pero no salió ninguna respuesta.
Draco sonrió a sabiendas.
-Te gusto. Sé que te gusto-
Hermione finalmente se rió, incapaz de creer su descaro pero admirándolo por ello. -Sí, supongo que sí-
Esta vez la sonrisa de Draco era radiante.
-Bien, entonces, supongo que somos amigos-
-Supongo que sí-Hermione no estaba segura de cómo se había declarado la tregua, pero decidió no preguntar.
A pesar de su buen juicio, sabía que el vizconde tenía razón, realmente él le gustaba. Era un desvergonzado y bastante dominante, pero disfrutaba realmente de su compañía, aunque se pasaran la mitad del tiempo gritándose el uno al otro.



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